La IA y el futuro laboral en América Latina
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La IA ya es parte del presente en América Latina. Más que temer su impacto, el desafío está en usarla para mejorar las condiciones laborales, generar oportunidades y potenciar el talento humano. Laburen.com propone una visión adaptada a la región, con tecnología no-code y enfoque humano.

El futuro del trabajo en América Latina ya no gira en torno a una pregunta del pasado: ¿la inteligencia artificial nos va a dejar sin trabajo? Esa inquietud, aunque comprensible en los primeros momentos de irrupción tecnológica, hoy empieza a quedar atrás. El verdadero desafío está en otro lado: cómo adaptarnos, cómo aprovechar la IA para mejorar las condiciones laborales, abrir nuevas oportunidades y hacer que el trabajo sea más humano.
La inteligencia artificial está avanzando rápidamente en la región. Según el Banco Interamericano del Desarrollo (BID), cerca del 28% de los empleos en América Latina están expuestos a la automatización en el corto plazo. Ese porcentaje sube al 38% en cinco años y al 44% en diez. Pero estos datos no significan un reemplazo masivo de personas por máquinas: lo que cambia es la naturaleza de las tareas. Automatizar funciones repetitivas y monótonas libera a los trabajadores para enfocarse en lo que realmente agrega valor: pensamiento crítico, resolución de problemas complejos, creatividad y liderazgo.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre el 26% y el 38% de los empleos podrían verse afectados por la IA generativa, pero solo entre el 2% y el 5% están en riesgo real de reemplazo total. En cambio, hasta un 14% de los trabajos podrían mejorar su productividad y complejidad gracias a la IA. En otras palabras: la IA no viene a desplazar, sino a transformar y complementar. La clave está en cómo se implemente.
Esto abre una enorme oportunidad para América Latina. La región tiene el potencial de usar la IA para cerrar brechas estructurales de productividad que han frenado su crecimiento por décadas. Según el Banco Mundial, la adopción de tecnologías inteligentes no sólo puede aumentar la competitividad, sino también generar empleos más calificados, con mejores condiciones y menor exposición a la informalidad.
En ese contexto, Laburen.com propone una forma distinta de abordar el futuro laboral: un ecosistema de humanos digitales y AI agents diseñados específicamente para empresas latinoamericanas. A diferencia de las soluciones genéricas importadas, Laburen trabaja con modelos entrenados en datos locales, adaptados al idioma, a las regulaciones y a la realidad de los negocios regionales.
“No creemos en reemplazar personas, sino en liberar su tiempo. La IA bien aplicada no nos deshumaniza, nos permite ser más humanos: tomar mejores decisiones, enfocarnos en lo importante y dejar atrás las tareas que nos agotan”, explica Sebastián Rinaldi, CEO y fundador de Laburen.com.
Laburen es una plataforma tecnológica que permite a empresas —desde pymes hasta grandes corporaciones— crear, entrenar y desplegar empleados de inteligencia artificial que realizan tareas reales de negocio: atención al cliente, ventas, soporte, logística y operaciones. Todo a través de una solución no-code, lista para usar, que se integra de forma nativa con sistemas como WhatsApp, Instagram, Facebook, email, sitios web, CRMs y ERPs, incluso en aquellos casos donde no existen APIs disponibles.
Diseñada específicamente para funcionar en mercados emergentes, Laburen puede configurarse en minutos, aprender automáticamente desde documentos, planillas o sitios web, y comprender tanto el lenguaje local como las emociones de los usuarios. Esto no solo permite a las empresas ser más eficientes, sino que también democratiza el acceso a tecnología avanzada, eliminando barreras que históricamente alejaron a muchas organizaciones de la transformación digital.
El diferencial de Laburen está en esa integración pensada desde y para América Latina: una IA que automatiza procesos repetitivos en áreas clave, al mismo tiempo que abre nuevas oportunidades de empleo en rubros emergentes como la gestión de algoritmos, la ética digital o la seguridad cibernética. Es una herramienta que no solo impulsa la productividad, sino que también amplía los márgenes de acción para trabajadores y organizaciones en un contexto donde el tiempo, más que nunca, es un recurso estratégico.
La inteligencia artificial ya está acá. La pregunta ya no es si va a cambiar el trabajo. La pregunta es si estamos dispuestos a aprovecharla para que ese cambio juegue a favor de las personas. En América Latina, la oportunidad está servida.